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Kiko Medina lleva una vida dedicada al mundo de la peluquería y la belleza. Con 17 años ya compaginaba estudios y trabajo. Su carácter emprendedor cristalizó en tres salones de autor con su nombre y “cierto reconocimiento local”, en Elche, actividad que compaginaba con su labor formativa en una gran compañía de productos. Pero llegó el momento de cambiar el rumbo. “Hasta entonces entendía que ése era el modelo más válido, pero me di cuenta que exigía demasiado, era más volátil… Son peluquerías con mayor riesgo, ya que hoy el cliente te elige a ti, pero mañana elige a otro.

Con una marca, en cambio, vendes una propuesta de valor; generas una identidad y tienes la oportunidad de llegar a mucha más gente, no a un público tan específico ni exclusivo”.

Hecha este reflexión, Medina resolvió generar una marca que pudiera probar y sacar fuera de su zona de aceptación habitual, “con el horizonte de abrir muchos más puntos en muchos más lugares”. Ahí está el origen de Oh my Cut!. De esto hace 13 años.

Hoy el grupo despliega una red en España de 15 salones propios y 55 franquiciados; a lo que suman 3 centros en México, con una facturación global de 6,9 millones de euros el pasado ejercicio; frente a los 6,2 del 2018.

Su objetivo, desde el inicio, fue transformar una industria que había conocido desde diferentes ángulos y que, “al contrario que otras, se estaba quedando atrás”, resume. “Siempre me he fijado en la moda y la restauración, industrias muy colaborativas, donde unos diseñadores trabajan con otros o donde la alta cocina se une para situarse como una institución.

Pero gracias a mis viajes por España, que aprovechaba para analizar los diferentes modelos de peluquería y contactar con gente del sector; comprobé que esa colaboración era bastante difícil de llevar a cabo en nuestra actividad, lo que ralentizaba su crecimiento”.

Incide Medina en que el proyecto nació con vocación transformadora del sector. “Un sector, por ejemplo, muy condicionado siempre a las marcas de producto, que son las que generan innovación, cuando creo que la innovación tiene que venir desde el servicio, desde los propios salones”.


El objetivo que se fijó fue acercar; “de una manera muy accesible, el servicio de peluquería al cliente final, con un precio muy accesible, pero con unos caracteres; una calidad, una imagen, una fuerza de gran marca”, explica Medina. “Por eso, nos esforzamos tanto desde el principio para que Oh my Cut! pareciera una marca. De hecho, cuando abrimos el primer salón en Murcia, algunas personas nos decían que ya lo habían visto en Estados Unidos, en Inglaterra… Al verlo con ese nombre y formato que le dimos, la gente pensaba que pertenecía a una cadena internacional que se había instalado en la ciudad”. Primero objetivo, entonces, cumplido.

EMPRENDEDORES: ¿Cuál es la gran transformación que está experimentando hoy el mercado?
KIKO MEDINA:
 La digitalización de los servicios, una obligación de la que se viene hablando desde hace tiempo y con la que el sector ha chocado ahora, debido a la pandemia. Otro tema clave es el de la cooperación. Hoy, más si cabe, las grandes cooperaciones o colaboraciones son las que tienen que hacer que el sector vuelva a reflotar. Los salones necesitan mucha ayuda a nivel de gestión, de atención al cliente, de dominar las bases del negocio, la cuenta de resultados de manera sencilla… Todo esto se va a traducir en una reducción del parque de salones, porque la gente no tiene detrás un margen de maniobra.

EMP.: ¿Y la franquicia va a seguir teniendo el mismo protagonismo en la expansión?
K.M.:
 Sí, definitivamente. Pienso que, como respuesta a esa necesidad de ayuda y colaboración, mucha gente del sector va a querer refugiarse en franquicias.

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